miércoles, 17 de junio de 2009

ACERCA DE LA CONTAMINACIÓN DEL RÍO JÁCHAL, SAN JUAN

A CONTINUACIÓN SE TRANSCRIBEN ARTÍCULOS DE MINING PRESS QUE PUEDEN SERVIR PARA ACLARAR TANTA DIFUSIÓN DE MALA INFORMACIÓN AL RESPECTO



Del archivo Mining Press
EXCLUSIVO: S.O.S. PARA EL RÍO JÁCHAL
Mining Press
(Por Daniel Bosque) El Río Jáchal, en cuyos nacederos está Veladero, no está enfermo por la minería sino por su esencia mineral. La cuestión, conocidísima por los sanjuaninos, ha sido ignorada por los gobernantes en los últimos 50 años.

Hugo Guillermo Bosque, quien fue abogado y juez de Jáchal, publicó en 2001 un trabajo “El Río Jáchal y sus aguas salobres”, en el cual memoró las expediciones de 1943 y 1946 que determinaron los orígenes de la salinidad del curso.

Bosque sostenía una hipótesis: que el embalse de Cuesta del Viento, que por entonces se estaba llenando, terminaría agravando la deteriorada salud del agua que riega y alimenta a los valles jachalleros. “Muy interesante”, me llegaron a comentar funcionarios de turno. “Eso no es responsabilidad de la minería”, me dijeron con mirada corta algunos empresarios mineros.

El informe del programa de TV “La Liga”, del que hoy se habla tanto en San Juan y en el sector minero, hace propicia la ocasión para volver a plantear un tema cuya resolución, en una sociedad mejor organizada, sería cuestión de Estado.

Ignorarlo, para la propia minería, es convivir con un talón de Aquiles. Cada vez que se combata a la industria, aparecerán algunos jachalleros pícaros frente a las cámaras diciendo que la minería les envenenó el agua.

Pero lo cierto es que la gente y los cultivos de Jáchal, por la indolencia de los sucesivos gobiernos, beben agua pésima desde hace décadas.

“S.O.S para el Río Jáchal” es un llamado a la acción de empresarios y políticos. El próximo 5 de junio es el Día del Medio Ambiente, tal vez esa sea una oportunidad propicia para que algún responsable diga que el “agua podrida” del norte sanjuanino pasó a formar parte de la agenda.

(El que sigue es un artículo sobre el informe mencionado, publicado en Revista Mining Press en setiembre de 2005.

EL RIO JÁCHAL Y SUS AGUAS SALOBRES
“Ustedes están ahora preocupados por el cianuro que les pueda llegar de Veladero, pero desde siempre tienen un río saturado de boro y no han hecho nada”. El reproche de Jaime Bergé, de la Cámara Minera de San Juan, dirigido a funcionarios y legisladores jachalleros en una reciente y “calentita” reunión, no es caprichoso: desde hace siglos, el valle de Jáchal, ha visto morir sus cultivos y emigrar a sus hijos debido a las aguas salobres, sin que los gobiernos hayan hecho nada para remediarlo.

Desde su nacimiento, en las cordilleras de Catamarca y La Rioja, el río Jáchal arrastra en disolución minerales nocivos para muchas especies vegetales. Según informes oficiales, el cloruro de sodio y boro, han superado el límite de tolerancia agrícola de 1.500 miligramos. La salobridad del río Jáchal ya fue suficientemente corroborada por tres expediciones científicas, todas organizadas por el gobierno provincial: Palmero-Rovira (1946), Augusto Tapia (1946) e Ivanisevich-Fytz-Roy (1948). Las tres analizaron muestras desde los potreros cultivados hasta las nacientes en Catamarca, dieron con el origen del problema y propusieron cómo eliminar los efluentes enfermos.

A lomo de mula, sin radio ni carpas, pero con sus laboratorios portátiles a cuestas, los expertos superaron los 4.000 m.s.n.m y recorrieron 600 km, desde Angualasto hacia el Norte, soportando temperaturas nocturnas de hasta 15ºC. El informe más exhaustivo fue el de Palmero-Rovira, pero la fecha de su presentación pública, el 13 de enero de 1944, no fue la mejor: dos días después, un terremoto destruyó la ciudad de San Juan y mató a 10.000 personas. Así, el agua del Río Jáchal, pasó de ser una “prioridad sanjuanina” a una cuestión menor.

El Río Jáchal, está formado por el de la Palca y el Blanco, que se unen en la Junta de la Palca. El primero y más caudaloso, nace en el Valle del Cura por la suma de los ríos, Las Taguas y Río de la Sal; sus aguas son claras y de inmejorable calidad. El Blanco nace en territorio sanjuanino conociéndosele en el primer tramo como “río Podrido”. Es evidente e incontrovertible que los cloruros que posee el agua del Río Blanco, se originan en el Río Salado. Estas aguas son “mediocres” y son las responsables de la calidad del agua empleada en Jáchal para la irrigación.

Esta primera expedición y las dos que le sucedieron, coincidieron en un dato concluyente: el cloruro de sodio y el boro del Jáchal comienza su camino en los ríos Blanco y en su afluente, el Salado. Los informes propusieron alternativas de solución: diques de contención, desvío del curso (que porta hasta 2m3/seg), entubamiento o canalización. El caudal no es significativo y desviarlo sería un gran beneficio.

Sin embargo, más de medio siglo después, los informes duermen en el olvido mientras los gobiernos provinciales construyeron un embalse –que regula caudales pero agravó el problema– y soñaron proyectos agrícolas alimentados con agua mala.

Para peor, Cuesta del Viento
“Los cursos no fueron eliminados de la cuenca y Jáchal, siguiendo la lógica de las grandes obras públicas, construyó el embalse de Cuesta del Viento, el que además de ser un paraíso internacional del wind surf, está ocasionando la creciente concentración –gracias a la evaporación– de la salinidad del río, aguas abajo” -advertía Hugo Guillermo Bosque, ex juez en Jáchal y por años asesor de Hidráulica, en un informe de julio de 2001.

Bosque, por cuenta propia se encargó de analizar, desde que comenzó el llenado del dique, las aguas del río aguas arriba (en Angualasto) y abajo (en Pachimoco), de Cuesta del Viento. El agua que sale desde el dique hacia Jáchal contenía 3.48 miligramos de boro, y antes de ingresar al dique era de 2.6 miligramos. Solo por el estancamiento, habían aumentado el 25%. Estos resultados, publicados periódicamente en el matutino local Diario de Cuyo, no les movieron el pelo a las autoridades jachallera o provincial.

Apenas polemizó el geólogo Alfredo Miolano, quien sostenía que Jáchal debía abocarse al membrillo, la cebolla y los dátiles, los pocos cultivos que soportan el agua “enferma”. La realidad, es que Cuesta del Viento está acelerando la desaparición agrícola de Jáchal.

“Un pasante, un canal impermeabilizado, un pequeño dique o un acueducto cubierto a 3.000 metros de altura, sería una obra pública sólo apreciada por cóndores y guanacos, pero los beneficios serían concretos y palpables. Quien se anime a esta empresa pasará a la historia como aquel que fue capaz de cambiar la historia de Jáchal”, sostenía Bosque.

Una voz y muchos sordos
En los últimos años de su vida, Hugo Guillermo Bosque sostuvo una cruzada personal: abogar por una solución para la salinidad del río Jáchal. Por eso, no cesó en escribir y polemizar sobre un tema harto conocido en San Juan –se lo estudia en la universidad y en las escuelas– pero aceptado como una maldición divina.

Su pregunta reiterada era: ¿por qué en esta época de helicópteros, navegadores satelitales, vehículos 4x4, no hay presupuestos y ganas de ver si es factible dotar de otra calidad al río Jáchal?

El poder político suele ser sordo, ciego, mudo. Pero no tonto, tal vez esa haya sido la razón por la que los prenseros del gobernador Alfredo Avelín, hayan sugerido a los medios locales ignorar el último trabajo de mi padre, para no arruinar los rimbombantes anuncios de dotar a Jáchal con una red de canales para transformarla en una “cuenca lechera”.

Pero ese no fue el único episodio en la historia miserable de las aguas de este río. Antes y después, los gobiernos y sus mandados han decidido que el problema no existe. Y ahora temen por el efecto futuro de la minería sin reparar en lo que beben, hace siglos, los hijos y las plantas del norte sanjuanino. Aguas que no has de beber, déjala correr.

Antes y después del dique
Elementos Antes del dique Después (Pachimoco)
pH (potencial de hidrógeno) 8.10 8.20
Sólidos disueltos calculados 1.020 1.070
Dureza total (Co3 Ca mg/1) 363 367
Consumo humano y aptitud de riego (Instituto de Investigación Tecnológicas)
Elementos Antes del dique Después (Pachimoco)
Dureza de no carbonato (mg/1 de Co3 Ca) 256 225
Magnesio (Mg++) 15 17
Sodio (Na+) 215 225
Sulfato (So4-2) 217 268
Fluoruro (F-) 0.60 0.70
Boro (B) 2.29 2.49

*(INA Instituto Nacional del Agua y el Ambiente). Mayo 2001.

EL ANTIGUO ESPLENDOR
Según el censo de 1869, la provincia de San Juan tenía 60.319 habitantes y Jáchal, 12.040 habitantes. En 1991, la provincia sumaba 529.651 habitantes y Jáchal apenas 19.950. Es decir, de un 20% de la población sanjuanina, los jachalleros se redujeron a sólo el 4%.

Durante la segunda mitad del siglo XIX y parte del siglo XX, la ganadería fue el gran negocio de Jáchal. La minería de Chile, y sus tropas en guerra entre 1830 a 1879 con Bolivia y Perú, pedían grandes cantidades de animales de carga y vacunos en pie para alimentación del personal. Los proveedores de estas bestias, estaban al este de la cordillera y los jachalleros, que vieron la oportunidad del negocio, se lanzaron a la actividad, con lo que la riqueza llegó, fruto del trabajo.

La paz, la muerte de salitre chileno, la desaparición del transporte a sangre, extinguieron la economía próspera y autónoma de Jáchal. De ahí en más, vendría una supervivencia basada en subsidios, coparticipaciones, socorros varios. Sus habitantes se volcaron al empleo público y sus políticos al clientelismo. Sólo el trigo (que crece antes del verano y soporta el agua salina) resistió a la decadencia. Hasta 1930, Jáchal se autoabastecía de cereales y sus siete molinos entregaban el sobrante a la capital sanjuanina en árganas llevadas por tropas de mulares. Pero los trigales locales no pueden competir con la pampa húmeda.

Aguas abajo de la villa, desaparecieron áreas cultivadas en Mogna y Tucunuco. Huaco, hacia el norte, perdió la mitad de sus tierras.

6 comentarios:

Construyendo dijo...

En Barrick nos interesa que nuestros proyectos sean entendidos a cabalidad en todos sus aspectos, por lo que nos encontramos abiertos un diálogo constructivo, informado y objetivo con quienes deseen más información. Es por esto que los invitamos a seguir conversando respecto a este proyecto en www.construyendodialogo.com

Anónimo dijo...

Jáchal era productor de cebollas de exportación. Hoy su calidad es insuficiente para colocarlas en mercados grandes de la Argentina.
A nivel provincial se aprecia la disminución de cantidad, calidad y tamaño en los ajos cosechados.
¿Están seguro que el agua de San Juan siempre fue igual de mala?

Rafael dijo...

Aprovechen señores ultra promineros para hablar mucho, lo que se les antoje, con relación según vuestra versión, a la escasa o nula contaminación que conlleva la minería cielo abierto.

Pero no tuvieron en cuenta o se "olvidaron" de varios gruesos detalles. Pronto nosotros, los que defendemos el ambiente y la vida, se los vamos a recordar.

Y entonces se les vendrá la noche.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Carloncho dijo...

Estimados lectores, como algunos comentarios han tenido que ser eliminados ya que parece que a algunos personajes que se hacen llamar ambientalistas prefieren la agresión a el diálogo, es que a partir de ahora no se aceptarán mensajes anónimos.
Saludos,
Carloncho